Esperaba con interés el primer cara a cara entre el líder del Partido Popular y de la oposición Alberto Núñez Feijóo y el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, el cual se ha producido hoy en el Senado.
Pues desde mi perspectiva, desde el análisis de la comunicación no verbal, ha sido tan deseado como decepcionante.
Ganador Sánchez sin duda, dado que el aspirante en cualquier combate, también el de la palabra, debe poner en serios aprietos al que llega como campeón, aunque sea de unas elecciones, y tiene como objetivo desbancarle de su posición de poder.
Sánchez ha tenido una comunicación menos agresiva que la que he analizado muchas veces contra Casado, también ha estado en momentos incómodo, algo apreciable por ese gesto tan característico suyo de atarse de manos en esos momentos.

Pero cuando se venía arriba su altura como orador superaba hoy a la de Feijóo: posición corporal erguida, gestualidad abierta, mirada directa, mayor impacto en su voz, con frases más cortas y sencillas que siempre resultan más eficaces e impactantes.


Feijóo, por su parte, ha estado mejor que en intervenciones anteriores en otros foros públicos, pero tiene un grave problema comunicativo difícil de solucionar: su frialdad emocional. No habla a los corazones, que son los que votan, se dirige con sus datos y argumentos a mentes razonadoras que suelen mantener menos tiempo en el recuerdo sus mensajes.
Bien su mirada directa y la gestualidad de manos también ha sido comprometida, pero corporalmente parecía más encorvado y no ha conquistado el espacio verbal y no verbal de Sánchez.



Veremos próximos encuentros. Con este rival, a Sánchez solo le veo los siguientes peligros importantes:
- El exceso de confianza con que le puede pillar Feijóo en próximos debates.
- Caer en el error de entrar en terreno más frío y calculador de Feijóo. Ahí le puede ganar éste por goleada.
En lo que yooí, que no vi, saqué la misma impresión. Y el que le ha elegido la pregunta ha debido ser Casado.
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Yo oí (mejor)
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