La relación Shakira / Piqué no es que esté rota, es que está en modo explosión.
No suelo analizar temas relacionados con el corazón, pero en este caso, a la vista del vídeo que ha lanzado la cantante y su riqueza desde la comunicación no verbal, me es imposible resistirme. Al final os pongo el enlace al vídeo por si lo quieres ir viendo antes de leer mi análisis.
He visto el vídeo en varias ocasiones, incluso a un 20% de velocidad para que no se me escapara ningún detalle.
Tengamos en cuenta que hasta llegar a nuestros ojos esta interpretación, Shakira lo habrá ensayado y repetido en múltiples ocasiones; pues, a pesar de ello, hay una emoción y solo una que se repite insistentemente en el rostro de la cantante.
¿Cuál es?
EL ASCO. Parece sentir una gran repugnancia al recordar a su anterior pareja. Ni ira, ni desprecio ni tristeza, solo asco, mucho asco.
Cuando nuestro cerebro siente esta emoción arruga encogiendo la nariz y asciende levemente el labio superior. Tal y como vemos en estas 4 imágenes que he seleccionado y extraído del vídeo:




Lo que observo son destellos tan rápidos y fugaces que no considero que sean realizados a propósito, sino que verdaderamente lo siente y su rostro lanza los correspondientes movimientos musculares reflejos, como así son las emociones primarias del ser humano cuando son auténticas: automáticas.
Respecto a la gestualidad tampoco le doy mayor importancia porque ahí si considero que es una coreografía preparada para la canción.
Se suele decir que del amor al odio hay un paso. Pues en este caso, lo que deberíamos indicar es que… del amor al asco hay un paso.
ENLACE VÍDEO: https://www.youtube.com/watch?v=CocEMWdc7Ck