Hace solo unos instantes la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha convocado nuevas elecciones para la Comunidad, que serán en tan solo un par de meses.
¿Qué destaco de su comunicado?
Dos aspectos:
SU COMPROMISO PERSONAL: ha hablado en todo momento en primera persona del singular, con un «he decidido», «me he visto obligada»… Asume la decisión ella misma y se hace por completo responsable a título personal, no como una estrategia de partido o incluso de su círculo más cercano, por ejemplo. Además, sus movimientos de cabeza eran coherentes con su mensaje, negaba siempre que sus palabras también lo hacían. Aunque esto parezca lo normal, os aseguro que no siempre lo veo. Hacerlo es una prueba de íntima convicción en lo que iba diciendo.
FIRMEZA Y FRIALDAD: No ha querido improvisar el discurso y lo ha ido leyendo. Aunque ha durado unos 4 minutos, su lectura ha sido tranquila, velocidad pausada, no se precipitaba ni parecía con ganas de acabarlo cuanto antes, era más importante para ella transmitir con claridad los motivos que le han llevado a tomar su decisión. No he advertido emociones que habría sido lógico verlas como la tristeza, el desprecio, la ira… Al contrario, se ha estado autocontrolando a cada instante y ha conseguido dar una imagen de frialdad absoluta. La gestualidad de manos ha sido inexistente también, lo que implica su importante grado de concentración en el acto. Podría ser una decisión más razonada que improvisada. La tenía muy interiorizada. Si hubiera sido una reacción inmediata, las emociones habrían salido a la luz con claridad, lo cual no ha sucedido.
Ya veremos a partir de ahora lo que sucede, y como de costumbre, me tendréis aquí para dar esta otra perspectiva de la realidad y de la comunicación.