Canadá acoge la cumbre del G7. Vamos a destacar un momento de gran fuerza comunicativa:
¿Qué podemos deducir de estas imágenes y los comportamientos de los diferentes protagonistas?
- TRUMP ES EL CENTRO DE ATENCIÓN. Todos los líderes y sus asesores rodean a Trump. Resulta evidente que es la persona (el país) a convencer y su peso político y económico se hace notar.
Macron y la fuerza de sus argumentos: Macron es quien parece estar haciendo un mayor esfuerzo mental y gestual para convencer a Trump. Fijémonos en su frente (arrugas propias de concentración) y en el gesto de su mano (parece querer enfatizar lo que está diciendo).
Merkel y la fuerza de su voluntad: Merkel es la que mantiene una postura más activa frente a Trump, inclinada hacia delante, mirada directa y conquistando espacio. Es como si quisiera dominarle con su fuerte personalidad.
- LAS ALTURAS CUENTAN. Trump es el único que se mantiene sentado. Nadie se pone a su altura y nadie se sienta junto a él. Ni Trump desea comunicarse de igual a igual con el resto de los líderes mundiales, ni éstos tampoco hacen mucho por ponerse a su nivel.
- LAS DISTANCIAS HABLAN. Trump se encuentra alejado de la mesa. Detalle muy importante que refleja su falta de sintonía con las posiciones defendidas por el resto de mandatarios.
- MI CUERPO ES MI CASTILLO. Los brazos cruzados no siempre son una barrera o una posición de rechazo; si bien, en esta ocasión, Trump parece encerrarse y aislarse dentro de los muros que ha construido con sus brazos. Sus manos se encuentran ocultas y no las vemos, como sí ocurre en el caso del primer ministro japonés, lo que manifiesta una posición de mayor confianza de este último. Observen la diferencia, es más que notable.
- SOLO, PERO FIRME. Trump defiende sus posiciones sin aliados, pero no se le observa asustado, retraído o avergonzado por su situación. No debemos pasar por alto como mantiene sus piernas abiertas, su cuerpo erguido y su barbilla levantada, todos ellos signos de fortaleza y no de debilidad.
LA MENTE SIGUE AL CUERPO
Podría haber sido una buena iniciativa de alguno de los líderes que asumen más protagonismo, como Merkel, Macron o Trudeau, los siguientes comportamientos “rompecorazas”:
- Sentarse al lado de Trump.
- Inclinar su cuerpo hacia él.
- Hacer que se aproxime colocándole algún documento a la vista, pero suficientemente lejos como para que precise inclinar su cuerpo hacia delante para leerlo.
- Conseguir que abra sus brazos entregándole algo para que coja.
- La imitación postural también acerca mentes.
Todos estos consejos, pensados para que Trump rompiera su posición tan cerrada y aislada, facilitarían una aproximación y apertura física. Serían un buen punto de partida para una aproximación y apertura también mental. No son soluciones mágicas, pero ayudar… ayudan.
Gran lección de interpretación gestual. Conselos muy válidos de los que tomo nota.
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