En ocasiones, sobre todo de luto, tristeza o abatimiento se llevan gafas de sol a pesar de que las circunstancias parecen incluso contradictorias (de noche o en lugares cerrados).
La mirada siempre se ha considerado como el espejo del alma, por lo que cubrirla constituye una barrera entre ese alma, muchas veces un corazón que sufre, y el mundo exterior. Es la forma que muchas personas tienen de tratar de mantener distantes u ocultas sus emociones.