A continuación, te contaré algunos «truquillos», solo algunos porque hay más, que utilizan los supermercados para que seamos más obedientes compradores:
- OLORES EMBRIAGADORES: El aroma a café recién hecho, a magdalenas, a canela o a cualquier otro olor agradable nos hacen desear más lo que nos estén asociando a ellos, desde una casa, a un producto alimenticio o incluso algo que no tenga nada que ver, como calzado.
- JUGANDO CON NUESTRA CONCIENCIA: La fruta de colores llamativos y bien frescos las pueden colocar nada más entrar para que nos hagan que compremos primero estos productos y así, después no nos pesará tanto en la conciencia la compra de los que son menos saludables.
- A GOLPE DE VISTA: Lo primero que vemos es lo que está a la altura de nuestros ojos, así que un buen sistema para que compremos esos productos es colocarlos para que los veamos rápidamente. Y algunos juguetes o dulces los colocan más abajo para que sean los niños quienes se encaprichen de ellos.
- LA COMPRA SEGURA BIEN LEJOS: Los artículos de primera necesidad como el pan, la leche, huevos, etc. los colocan distantes a la puerta de entrada para que haya que recorrer todo el establecimiento y veamos otras cosas que comprar.
- LA ELECCIÓN DE LA MÚSICA: La música ambiental agradable hace que vayamos más despacio comprando o la que tiene más “marcha” en restaurantes de comida rápida para hacer honor a su nombre y que las mesas se queden vacías antes y se vuelvan a ocupar.
- JUGANDO CON LOS PRECIOS: Los precios acabados en 9 provocan que lo ofrecido parezca más barato.
- TANTO EL ORDEN COMO EL DESORDEN VENDEN: El primero porque nos ayuda a encontrar lo que queremos con mayor facilidad; y el segundo, cuidado con él, porque asociamos desordenado a más barato y no tiene que ser así necesariamente.
- EL TIEMPO VUELA, PERO NI NOS DAMOS CUENTA: No es casualidad que no haya ventanas ni grandes relojes a la vista. Está pensado para que no seamos conscientes del paso del tiempo que llevamos comprando. Esto es muy habitual en los casinos con el fin de que, para cuando volvamos a ver la luz nuestro dinero sea más fácil que, con el tiempo, haya viajado de nuestros bolsillos a sus cajas.
- CUANDO TOCA CAMBIARLO TODO: Y cuando ya te has aprendido dónde encuentras los productos que quieres comprar y no otros… te los cambian de sitio. Así vuelves a acabar recorriendo todo ese centro comercial.
- HASTA EL ÚLTIMO INSTANTE ES SU OPORTUNIDAD: Cuidado a la hora de pagar en la caja, donde encontrarás algunos caramelos o productos dulces que, mientras esperamos nuestro turno se nos pueden antojar a modo de última recompensa o “caprichito” final.
Aunque conozco estos truquillos, lo reconozco, soy el primero que me dejo atrapar por ellos, es la magia del neuromarketing. Bueno… y uno que es facilón.