La convención nacional del Partido Popular me está dejando algunos momentos a los que no me puedo resistir a analizar desde la perspectiva no verbal. Primero fue Aznar vaticinando que Casado sería presidente de España AQUÍ PUEDES VER MI ANÁLISIS, y ayer lo que ha transmitido Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid.
Nunca olvidemos que la comunicación no verbal refleja el lenguaje más auténtico: el de las emociones, el que, en la mayoría de las ocasiones, no pasa por el filtro de la fría y calculadora razón. El análisis de hoy va a ser un magnífico ejemplo.
No esperemos más y vayamos al estudio de Isabel Díaz Ayuso:
- LA PRIMERA IMPRESIÓN: SU LLEGADA AL ACTO Y LOS COLORES DE SU VESTUARIO. En blanco y negro. Los colores elegidos los considero toda una declaración de intenciones. Por un lado, sin nada azul, el color corporativo del partido y que la mayoría de los líderes han vestido y, por otro, sin colores llamativos ni eligiendo uno que a ella le gusta mucho vestir: el rojo, un color de fuerza, de vida y que representa a la Comunidad de Madrid.
No ha querido destacar ni tampoco lanzar una imagen de liderazgo.

- EL CARA A CARA CON PABLO CASADO. ¿Qué he advertido en Ayuso? Afecto y ausencia total de alegría. “Esta no es la Ayuso que estoy acostumbrado a ver junto a Casado” me dije al ver el momento.
Fíjense en los siguientes instantes y presten especial atención al rostro de Ayuso:


Eso sí, no he notado ninguna enemistad entre ambos, todo lo contrario, Ayuso ha transmitido afecto hacia Casado, no evitando el contacto físico e incluso dándolo cuando no era necesario. Tengamos presente que no tocamos lo que no nos agrada.


- MUY COMEDIDA, ESTÁTICA Y SIN PROTAGONISMO. Ha leído la mayoría de su intervención, sentada, sin transmitir energía y con una posición corporal con tendencia al encogimiento (observen sus pies cruzados hacia la parte interior de su silla).

- LA VIVA IMAGEN DE LA RESIGNACIÓN. Uno de los momentos clave de su intervención ha sido cuando ha pronunciado las siguientes palabras: “mi meta política y salida está en Madrid” ¿Cómo he visto a Ayuso cuando hacía esta afirmación? Pues… sin una pizca de satisfacción, más bien todo lo contrario y muy muy resignada.
Fijémonos en los siguientes detales: su mensaje no le sale con fluidez, le resulta imposible mantener alta la mirada al decirlo, necesita coger aire (energía) para seguir adelante y, cuando afirma que “necesitamos que tú llegues a ser el presidente del gobierno”, lo hace sin fuerza y sin una mínima sonrisa.
¿Eso significa que no crea lo que dice? No necesariamente. Yo me decanto más a pensar que no se ha sentido cómoda de reconocerlo públicamente.
Observen los 2 momentos que tiene un gran valor a nivel de análisis no verbal:
No pasemos por alto la inmensa carga emocional de Ayuso en esos momentos:

En conclusión, lo que para Casado fue una fiesta, para Ayuso fue un momento difícil.