Un grito reivindicativo como «VIVA EL 8 DE MARZO» no debería ir inmediatamente seguido de un agachar la cabeza, sino de todo lo contrario, como señal de orgullo.
Imagina que tú lanzas un «VIVA…» y algo que te conmueva profundamente; Mira ahora si lo harías como Sánchez grita su «VIVA».
Su comunicación no verbal no me transmite el entusiasmo, la fuerza y el poder de convicción que deberían acompañar a sus palabras.
No entro en contenidos, no juzgo, solo analizo