En los últimos días se ha levantado una gran polémica en el puesto de seleccionador de fútbol de España.
Luis Enrique se vio obligado a dejar el puesto por una desgracia familiar y lo asumió Robert Moreno, quien ahora es apartado con el regreso del primero.
Muchos años juntos que han acabado de muy malas maneras. Es evidente el distanciamiento tanto en lo profesional como en el ámbito personal.
Ambos han hecho declaraciones para la opinión pública defendiendo cada uno de ellos su postura; pero… ¿qué podemos deducir de ese mensaje que lanzan sin tomar conciencia del mismo? Nos lo descubre su comunicación no verbal.
ASPECTOS RELEVANTES DE LA COMPARECENCIA DE LUIS ENRIQUE
- Si le observamos cuando va a comenzar con este tema concreto, advertimos unas marcadas arrugas en su frente propias de quien lanza o va a lanzar un mensaje con una fuerte carga cognitiva. Se tiene que concentrar y esforzar mucho en hacerlo.
- También vemos como aprieta con fuerza sus labios, algo que hacemos los seres humanos cuando tratamos de reprimir nuestras emociones.
- Precisa coger aire con fuerza en diversas ocasiones, por ejemplo, antes de decir: “…esa polémica esta generada por una persona que trabajó conmigo durante muchos años…” Es indudable que no le resulta fácil y requiere coger fuerzas para ello, lo que consigue llenando los pulmones de aire.
- Cuando afirma que veía venir que Moreno quería continuar como seleccionador durante la Eurocopa “…por lo no acontecimientos a lo largo de esas últimas semanas…” Podemos apreciar lo que parece una microexpresión de asco al arrugar su nariz.
- Al afirmar que a sus superiores en la selección les dijo que con él no tenían ningún compromiso, lo dice con contundencia y acompañado de unos gestos de manos totalmente coherentes, lo que son indicios de veracidad.
- A la pregunta de si se siente dolido por perder quien ha podido ser un amigo durante años, no se advierte en Luis Enrique la mínima tristeza, si bien, su respuesta lo confirma, al decir que la vida va descubriendo quienes son amigos y quienes no.
- Cuando se refiere a la deslealtad de Rober Moreno, mantiene la mirada directa al periodista, no la baja o busca escapes, e inclina su cuerpo hacia delante, lo que nos lleva a considerar que está convencido de su iniciativa.
En conclusión, Luis Enrique me transmite seguridad y confianza con su decisión, ni pizca de tristeza por su “separación” con Robert Moreno, si bien, sobre todo al principio, le ha costado dar esta rueda de prensa y entrar a hablar de asuntos que él más que profesionales considera personales.
ASPECTOS RELEVANTES DE LA COMPARECENCIA DE ROBERT MORENO
- Lo primero que advierto es mucha prisa por comenzar, con diversos gestos propios de tensión nerviosa e incluso golpeando con el bolígrafo en la mesa como reflejo de esa impaciencia.
- Postura nada avergonzada o con sentido de culpa sino más bien todo lo contrario, se expresa erguido y con la barbilla alta en diferentes ocasiones, indicadores de orgullo de sí mismo.
- Parece existir una microexpresión de desprecio al referirse a lo sucedido con Luis Enrique en el día anterior. No olvidemos que ello exterioriza sensación íntima de superioridad hacia personas o situaciones.
- Su indignación es patente, tanto en su rostro, como en sus golpes de voz, incluso acciones con el bolígrafo al moverlo o golpear la mesa y también por el modo de expresarse.
- Qué interesante cuando comienza agradeciendo a Luis Enrique los años a su lado, hace un sonido como de rabia o sonrisa irónica que es muy llamativa.
- Cuando se refiere a que llegó la hora de entrenar a la selección se remueve incómodo en su silla, es evidente que el tema le desestabiliza una barbaridad. Lo mismo se repite al mencionar la reunión con Luis Enrique y al señalar que no sabe el motivo por el que Luis Enrique no le quiere con él.
- Advertimos una microexpresión de asco al indicar que Luis Enrique le “…etiquetó con dos cosas que son muy feas y que no me merezco…”
- Tenía tantas ganas de acabar y marcharse que las últimas palabras de despedida hacia los periodistas las pronuncia ya de pie.
En conclusión, Robert Moreno, se encuentra muy muy ofendido por lo sucedido con Luis Enrique, ha salido a dar sus declaraciones parece que obligado para que su silencio no se entendiera como cobardía o que daba como cierto lo que el otro protagonista dijo el día anterior, pero ni quería hacerlo ni casi podía, su cuerpo le pedía a cada instante irse cuanto antes.
Dicen que el tiempo cura las heridas, ojalá sea así, ambos parecen encontrase en posesión de su verdad y vería muy conveniente, que una vez solo quede la cicatriz, se vuelvan a encontrar con alguien que haga de amigo común y puedan cerrar definitivamente este desagradable asunto estrechándose sus manos.