Acaba de hacerse público el vídeo de un momento en el que, a la ministra de defensa, Margarita Robles, se le escucha hablando en un garaje con algunos vecinos de Paiporta (localidad que ha sufrido los estragos de la dana de forma terrible).
Antes de compartir mi opinión, te invito a que la veas y, sobre todo, la escuches:
¿Qué emoción te ha transmitido?
Seguramente enfado. Da la sensación de estar regañando a los vecinos que le reprochan la falta de ayuda.
No entro a juzgar lo que dice, si tiene o no razón, sino la manera de decirlo.
Jamás debe de olvidarse el cargo que alguien ostenta, a quien representa y, sobre todo, más aún en un caso como este, las circunstancias personales de las personas a las que se dirige. En Paiporta, muchos de los vecinos han perdido familiares, amigos, hogar, trabajo…, se han visto muy solos ante la devastación y más de 20 días después continúan sacando barro prácticamente con sus manos.
Lo que ha hecho Margarita Robles nos puede suceder a cualquiera de nosotros, procuremos tener en cuenta lo que acertadamente expresó Cicerón:
«Lo importante no es lo que dices, sino cómo lo dices»
José Luis Martín Ovejero 